¿Quién ahorra más? Hábitos financieros entre mexicanos y españoles

A veces, no se trata de cuánto se gana, sino de cómo se gasta y, sobre todo, cómo se ahorra. Las diferencias entre México y España en temas de finanzas personales no solo se reflejan en las cifras bancarias o en los productos disponibles. También tienen mucho que ver con la cultura, las prioridades y el contexto económico de cada país. Y si alguna vez te has preguntado quién lleva las riendas del ahorro con más disciplina, aquí viene la comparativa que lo deja claro, con matices, claro está.

Una cuestión de mentalidad (y un poco de historia también)

En España, el ahorro está profundamente arraigado, especialmente entre generaciones mayores. La crisis financiera de 2008 dejó una marca profunda, impulsando a muchos a priorizar la estabilidad sobre el consumo. Por eso no es raro encontrar cuentas remuneradas, depósitos a plazo fijo o planes de pensiones incluso entre personas jóvenes.

En México, en cambio, la realidad es algo distinta. Aunque ahorrar no es ajeno a la cultura financiera del país, la informalidad laboral, la falta de educación financiera y la necesidad de cubrir gastos básicos con sueldos ajustados hacen que ahorrar sea un lujo más que una costumbre.

Y aquí es donde entra otro matiz: en España, el ahorro se ve como prevención. En México, muchas veces, como una aspiración.

Bancos, herramientas y acceso a productos financieros

Los españoles tienen más acceso a productos financieros pensados para ahorrar. Desde cuentas corrientes con beneficios hasta seguros de vida que funcionan como herramientas de inversión. Además, el sistema bancario está más digitalizado, y la regulación promueve una mayor transparencia.

En México, aunque la banca digital ha avanzado, aún hay muchos ciudadanos no bancarizados o que manejan su dinero en efectivo. El uso de aplicaciones de ahorro o gestión financiera está creciendo, pero el acceso sigue siendo desigual.

Ahora bien, cuando se trata de préstamos personales, ambos países ofrecen opciones competitivas. Pero en España, es más común que se usen para financiar proyectos de vida (como una reforma o estudios), mientras que en México muchas veces se recurren para cubrir imprevistos o deudas acumuladas. Esto revela dos formas distintas de concebir el crédito: una como palanca, otra como salvavidas. Si quieres explorar más sobre estas opciones, puedes consultar este recurso útil sobre préstamos personales.

¿Y los jóvenes? Diferencias generacionales que importan

Los jóvenes en España están empezando a ahorrar más tarde. Con sueldos bajos y alquileres altos, muchos viven con sus padres hasta pasados los 30. Esto retrasa la independencia financiera, pero también permite acumular algo de capital sin tantos gastos.

En México, la independencia llega antes, pero con menos respaldo. Muchos jóvenes trabajan desde los 18 o 20 años, pero el ahorro suele quedar en segundo plano, porque el dinero apenas alcanza. Sin embargo, la cultura del emprendimiento y la digitalización han abierto puertas a nuevas formas de generar ingresos y, con suerte, comenzar a ahorrar.

Educación financiera: el punto débil de ambos lados

Aquí hay un empate técnico. Ni en México ni en España la educación financiera es una prioridad en el sistema educativo. Pero mientras en España hay mayor acceso a recursos formales, en México está creciendo el interés por plataformas digitales, influencers financieros y apps que enseñan a gestionar el dinero.

Eso sí, sin una base sólida desde la infancia, el ahorro seguirá siendo una práctica que muchos adoptan tarde, cuando ya han cometido varios errores costosos.

Entonces… ¿quién ahorra más?

Si hablamos en cifras, los españoles ahorran más. Pero si hablamos de esfuerzo, contexto y resiliencia, los mexicanos no se quedan atrás. La clave está en entender que las diferencias entre México y España en temas de finanzas no son solo estadísticas. Son también culturales, emocionales y estructurales.

Lo importante no es quién lo hace mejor, sino cómo podemos aprender unos de otros. Porque ahorrar no es solo guardar dinero, es construir tranquilidad. Y eso, en cualquier país, vale oro.